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domingo, 5 de febrero de 2012

La invasión a Libia, patrón para las nuevas Guerras Imperiales

viernes 3 de febrero de 2012

La invasión a Libia, patrón para las nuevas Guerras Imperiales y Cuando al otoño le llaman primavera

La invasión a Libia, patrón para las nuevas Guerras Imperiales


(David Urra, Contrainjerencia) Con la decisión francesa y tras ella – los demás estados europeos y EE.UU de reconocer la legitimación de la oposición libia, fue puesta en marcha la segunda fase y la más importante para la intervención contra el pueblo libio

Esta decisión fue acompañada de una Operación Psicológico- Informativa (OPI), realizada tanto dentro de los países europeos como fuera de sus fronteras, a pesar de la cual no se pudieron lograr todos los objetivos trazados, la capacidad del gobierno libio de controlar la situación resulto evidentemente convincente.

Así mismo la OPI se mantuvo como el principal componente empleado por la OTAN contra los libios, obligando otra vez a dudar sobre el rol en el mundo actual de los “escenarios políticos” del empleo de los medios y métodos de las Operaciones Psicológico- Informativas.

El punto de inflexión de la nueva caracterización y realización de las Operaciones Psicológicas (OP) fue a mediados de los 80 con la introducción del término propagandístico de “Estrategia de Seguridad Nacional.” Esta estrategia se diseñó por el aparato de Reagan en 1981 y constaba de cuatro componentes fundamentales: el Diplomático, el Económico, el Militar y de Información.

El énfasis en la información como el principal componente fue confirmada por los conflictos armados en Granada (1982) y Panamá (1989). En términos de la teoría, las Operaciones de Guerra Psicológica locales, llegaron a ser consideradas como un multiplicador de las capacidades de combate de las tropas en todas las operaciones militares.
Es importante señalar que la operación contra Libia no comenzó durante los disturbios en Bengasi. Fue planificada, preparada y ejecutada desde mucho antes y sus componentes son en cierta medida un resultado de las experiencias obtenidas por los EE.UU en eventos anteriores.
La operación “Tormenta del Desierto” 1990-1991 Iraq; “Ángel de socorro” en Haití 1991; “Devolver la Esperanza” en Somalia 1992-1993; “Defender la Democracia” en Haití 1994; “Escudo Unificado” Somalia 1995; operación “Esfuerzo Conjunto” en Bosnia-Herzegovina 1996; “Operación Fuerza Aliada” Yugoslavia 1999; “Libertad Duradera” Afganistán 2001 y “Libertad Iraquí” Iraq 2003.

Las operaciones de la OTAN contra Libia, son un ejemplo clásico de las OPI de nuevo tipo. Se trata de definir cuales acciones fueron empleadas para la desestabilización del Gobierno de Khadafi.

Etapa preliminar de la operación

Como dijimos anteriormente las operaciones de Guerra Psicológico-Informativa contra Libia, no comenzaron con la “rebelión” en Bengasi. Su planificación se ideo mucho antes y la comunidad internacional solo “presencio” la última fase de su ejecución – La toma del poder por parte de las Fuerzas comandadas por la OTAN y representadas por los “rebeldes” del CNT. La operación “Protector Unificado” puede haberse nombrado en este momento, pero ya sea con esta u otra nomenclatura estaba en marcha desde hace mucho tiempo. De hecho parte de este plan pudieran considerarse los bombardeos selectivos que contra Khadafi ordenó el entonces Presidente de EE.UU en el año 1986 y donde murieron varios miembros de su familia.
La dirección concreta de las operaciones se realiza por intermedio de una agrupación especial del Grupo Operativo del Departamento de Defensa de los EE.UU con la cooperación de representantes del Departamento de Estado, la CIA, la Agencia de Información USIA y determinados Medios de Difusión Masiva (MDD).

Una operación tipo en la Guerra psicológico – informativa comprende las siguientes etapas:

1. Planificación;
2. Formulación de los objetivos de trabajo;
3. Estudio y definición de los objetivos a influir;
4. Estratificación política de la comunidad local e internacional.
5. Selección de determinados tipos, formas, métodos y técnicas de influencia psicológica;
6. Elaborar el contenido (tecnologías de empleo de los componentes principales), de las acciones psicológicas;
7. Determinación del entorno comunicativo y las condiciones de ejecución, de ser necesario definirlas;
8. Garantizar el control sobre la efectividad en la realización de las operaciones y medidas definidas.
9. La polarización política de los estratos, las cuales juegan un papel clave en el escenario operativo.
10. Inicialización de la actividad política de los estratos (en correspondencia con el rol que se les asigna en el escenario de la operación).
11. Reacción en cadena controlada.
12. Corrección de los planes originales para la operación (retroalimentación).

Para comprender con exactitud cómo se fueron desarrollando las acciones y operaciones psicológico-informativa en Libia se hace necesario tener presente los siguientes hechos:

• Khadafi posteriormente al ataque aéreo contra él y su familia en 1986 y presionado por la posibilidad de que se profundizara la Guerra contra Libia, decidió “acercarse” a occidente y hacer concesiones que según su criterio alejarían el peligro de una agresión a gran escala. De hecho esto le valió de un justificado repudio por parte de los países y movimientos progresistas en el Medio Oriente y fundamentalmente de los palestinos, que se sintieron traicionados por Khadafi al abandonar este la causa palestina que anteriormente apoyo vehementemente.

• Como parte del plan de operaciones, EE.UU presionó al gobierno libio para que hiciera concesiones de tipo económico, abriendo su economía al mercado internacional, permitiendo con ello que las empresas extranjeras (léase, de las potencias occidentales fundamentalmente), se introdujeran en sectores estratégicos de la economía Libia como el petróleo y las finanzas.
• Igualmente las Fuerzas Armadas libias, que hasta ese momento estaban siendo abastecidas técnicamente y capacitadas por la antigua URSS y después por Rusia, empezaron a recibir medios y capacitación de las principales potencias occidentales, desarrollándose un extenso plan de “captación”, por parte de los servicios de inteligencia norteamericanos, de Jefes y Oficiales que podrían servir a los intereses de los EE.UU en el momento necesario. Es de señalar que paralelamente los EE.UU “convencieron” a Khadafi de que entregara los cohetes que poseía libia con alcance superior a 300 Kms. El supuesto pretexto estaría relacionado con la falta de necesidad de dichos medios militares, ya que ahora el Gobierno libio era socio de occidente. Khadafi se creyó la historia sin saber que este era parte del plan para desarmar a Libia y facilitar las acciones para derrocarlo en el futuro. Pero no solo entregó estos medios sino que desmantelo parcial o totalmente otros medios defensivos que había adquirido en la antigua URSS y Rusia, bajo el pretexto de que eran obsoletos. Entre ellos se encontraban los 2 submarinos Diésel proyecto I 641 y parte de sus medios de Defensa Antiaérea. En el momento de la agresión y según las fuentes de inteligencia norteamericanas las FF.AA de Libia deberían tener:

o 300 Cohetes con sus instalaciones de lanzamiento del tipo SA-2,
o 250 Cohetes con sus instalaciones de lanzamiento del tipo SA-3,
o 380 Cohetes con sus instalaciones de lanzamiento del tipo SA-5,
o 70 Cohetes con sus instalaciones de lanzamiento del tipo S-200,
o 380 Cohetes móviles del tipo Igla 9K38,
o 278 Cohetes móviles del tipo Strila-3.

• Igualmente EE.UU y sus aliados (Francia e Italia), convencieron al gobierno de Khadafi de lo innecesario de adquirir más armas y reciclar así el viejo parque de armamento soviético que databa de los años 80. Esto provoco que una buena parte del armamento del Ejército libio estuviera de baja o con reducidas capacidades de empleo cuando comenzó el conflicto, reduciendo con esto su capacidad combativa.
• Se hace necesario igualmente considerar el bajo nivel de preparación técnica que tenían las Fuerzas Armadas libias y su casi inexistente preparación ideológica, como resultado del trabajo que hicieron las potencias occidentales con la oficialidad y la irresponsable preocupación del Gobierno libio por este tema. La mayoría de los miembros de las Fuerzas Armadas servían en ellas por la espléndida remuneración que daba el Gobierno a sus militares, en un país donde servir en las FF.AA era un medio de vida, por cierto bastante poco apreciado por los libios que tenían la posibilidad de estudiar en las mejores (o más caras) universidades del mundo, gracias a la generosidad de su Gobierno que asumía los gastos de formación de sus pobladores.

• Por otro lado y considerando las características del país que tenía una población reducida y un territorio enorme, la escasez de mano de obra provocaba la necesidad de contratar gran cantidad de extranjeros para suplir este déficit. Por ello, las empresas extranjeras que se incrustaron en las ramas estratégicas del país, contrataron a especialistas de otros países, lo que les permitía tener un control absoluto sobre la autonomía de dichas empresas.

• Por último, la creencia de Khadafi de que con estas concesiones se había convertido en “socio” de occidente lo llevo a subestimar el peligro que se le venía encima, olvidando dos principios básicos: Los EE.UU no tienen socios, solo intereses; Occidente paga a los traidores, pero los despedaza.
• EE.UU y las potencias occidentales nunca creyeron en Khadafi, de hecho sus esporádicos “pataleos izquierdistas” no pasaban de ser bravuconadas de aspirante a estrella de Hollywood. Su última propuesta de crear una moneda alternativa al Dólar, aceleró el proceso de derrocamiento de su Gobierno que ya estaba en camino.

Creadas las premisas fundamentales para derrocar al Khadafi y aprovechando la “Situación revolucionaria” que se desarrolló en Egipto y otros países islámicos y ante la imposibilidad de lanzarse con éxito contra Corea del Norte e Irán, EE.UU vio abierta la posibilidad de adelantar la “Toma de Trípoli” o mejor dicho del petróleo libio. Claro que para ello necesitaba “acelerar” el proceso de preparación y desarrollo del Plan de Guerra Psicológico-Informativa que ya había previsto.

Para ello comenzó con la creación y estimulación de pequeños grupos “disidentes” en la Zona donde tenían las condiciones propicias para desarrollar y ampliar las acciones desestabilizadoras. En Bengasi se encontraba la mayoría de las empresas petrolíferas que estaban bajo el manejo del capital extranjero.

Esto permitía emplear a una determinada cantidad de “colaboradores” libios de dichas empresas en la “revuelta” antigubernamental. Por otro lado se paralizo prácticamente en 72 horas toda la industria del petróleo, dejando al gobierno atado de pies y manos para manejar un recurso estratégico en las condiciones de enfrentamiento con la OTAN.

Igualmente esta zona estaba alejada de Trípoli y sus alrededores, donde Khadafi contaba con la mayoría de los medios para su sostén, desde el punto de vista militar y social. A la par, la zona de Bengasi era limítrofe con Egipto lo que permitiría emplear la frontera común con el aliado de EE.UU para infiltrar por esa vía mercenarios, armamento y prácticamente cualquier medio necesario para darle legitimidad a la “insurrección”. De hecho se conoce con exactitud que eso fue precisamente lo que sucedió. Por ultimo esta región era la que poseía más simpatizantes con el derrocado, por Khadafi, monarca Libio, por lo que eran propicias las condiciones para crear una fuerza de oposición.
Paralelamente comenzó un proceso acelerado de preparación de la opinión pública europea para obtener el apoyo necesario a las acciones de las fuerzas que protestaban contra el Gobierno de Khadafi dentro del país y de la ayuda militar que se le debía ofrecer por parte de los países y las potencias occidentales de Europa, así como de los países árabes y de la comunidad mundial en su conjunto, la cual debería aprobar la intromisión.

En esta etapa de la operación la unidad entre la idea y los objetivos de los países europeos (ante todo Francia e Italia) y los “revolucionarios” libios, conjuntamente con el apoyo recibido por determinados países de la región, permitió unificar a la opinión informativa con la participación de los Medios árabes y europeos. Su tarea consistía en:
• Formar una imagen de Gaddafi como la de un dictador sangriento, quien tomo medidas represivas contra los civiles empleando la fuerzas armadas, y se convirtió de hecho en un criminal de guerra;
• A los ojos de la opinión pública crear una imagen de la oposición libia que la definía como la única fuerza progresista en el país, capaz de llevar al pueblo y el país a la prosperidad, justicia y democracia;
• Formar en los países árabes simpatías por la oposición, refiriéndose a su motivación puramente nacional de lucha contra la tiranía (autoritarismo), sobre la base de los valores islámicos y siguiendo el ejemplo de los pueblos de Egipto y Túnez;
• Vender la idea a la opinión pública europea de que el “Enemigo de la raza humana” debe y puede ser derrocado por medios militares, mientras que los pobladores pacíficos de Libia “rezan” por la ayuda militar de occidente;
• A la vista de la comunidad internacional crear la imagen de que los países europeos son los “iniciadores” de las acciones militares contra Gaddafi, que salvarían de la destrucción y el genocidio a los pobladores pacíficos que protestan contra el régimen y en ese contexto recibir “carta abierta” por la ONU para actuar;
• Desinformar a los miembros del ejército libio con relación al verdadero potencial del enemigo, creando en ellos sensación de pánico y desmoralización.

Al mismo tiempo, apremiados por el corto período de tiempo en que se debían realizar la operación -como sabemos, todo fue de improviso, ya que en ese momento se fueron creando las condiciones informativas sobre la base de montarse sobre los acontecimientos egipcios y tunecinos- los disturbios se formaron de forma precipitada ya que no existía una oposición estratificada y organizada, igualmente no existía un único centro de coordinación y control.

La oposición tenía un carácter amorfo y disgregado lo que no permitía consolidar su posición y ni siquiera emplear los recursos informativos que tenían a su disposición, lo que implicaba la tarea de crear en la opinión publica islámica una imagen positiva, así como en la masa de miembros del ejército del Gobierno. Igualmente los medios de difusión europeos después de haber trabajado con eficiencia dentro de la CE, no pudieron lograr la misma resonancia a escala mundial.
Esto a la larga se manifestó en un efecto limitado a las fuerzas anti Khadafi y en el apoyo “relativo” de la resolución No 1973 de la ONU para establecer una zona de exclusión aérea en Libia.

El éxito en general se logró gracias a la combinación de los resultados de las acciones de las OPI y las herramientas de influencia diplomática, lo que logró que la resolución de la ONU no fuera bloqueada, y permitió a la OTAN comenzar sus operaciones militares. En este caso, la Comunidad Europea (incluyendo a los países líderes de la UE y la OTAN, con la excepción de Alemania), en su conjunto apoyó la intervención militar al lado de la oposición libia.

Segunda etapa de la operación

Sus componentes militares y operativos. El 20 de marzo 2011 el Ministerio de Defensa francés anuncio la salida del portaaviones “Charles de Gaulle” hacia las costas de Libia, acompañado por dos fragatas de la Marina francesa – “Aconit” y “Dupleix”, así como de un buque cisterna.
La protección de este grupo la llevó a cabo un submarino atómico. Al mismo tiempo, en la noche del 20 al 21 de marzo en los cielos de Libia por primera vez en la operación “Odyssey Dawn ” fue empleado por los EE.UU. el avión EC-130J (Comando Solo), que pertenece a la 193o Ala de las Fuerzas de Operaciones Especiales de la Fuerza Aérea de los EE.UU.

Algo sobre el Comando Solo. De acuerdo al concepto de las Operaciones Psicológico – Informativas (OPI), los EE.UU. (nótese que el Pentágono anunció recientemente que no aceptaba este término, pero el sentido de estas operaciones se mantiene intacto), han otorgado gran importancia a los medios móviles de las OPI. Por otra parte, los estudios de televisión y radio instalados en las aeronaves se reconocen como los más efectivos, ya que pueden ser rápidamente desplegados en la zona de operaciones y funcionar de forma autónoma durante mucho tiempo. Igualmente, pueden “cubrir” grandes áreas con la señal transmitida.

De acuerdo con la descripción técnica, el EC-130E RR posee un equipamiento para la transmisión en una amplia gama de frecuencias y la transmisión de programas de TV en el formato global a color WWCTV. Seis transmisores que trabajan en el diapasón de frecuencias de 450 kHz a 350 MHz, emiten las señales con ayuda de 9 antenas dislocadas por todo el avión. De esta forma la antena de cable longitudinal sobre el fuselaje, garantiza la potencia máxima en la transmisión lateral y al complejo de 4 antenas de televisión en la cola del avión en la transmisión hacia abajo.

La antena transmisora-receptora que sobresale en la cola da longitud variable está destinada para la sintonización fina de los parámetros de las señales. De esto en gran medida depende la calidad de las imágenes de TV. Ocho radioreceptores trabajen en un diapasón más amplio- de 200 kHz a 1000 MHz. Las radiaciones capturadas por ellos se envían a 4 analizadores de espectros de frecuencia, que determinan los parámetros de las señales recibidas y permiten con gran exactitud sintonizar los transmisores propios a las frecuencias de trabajo en que trabajen las estaciones de radio y TV del enemigo.

Dentro del equipamiento también se incluyen dos estaciones de radiocomunicación del tipo AN/ARC-186 y AN/ARC-164, conjuntamente con el cifrador de comunicación por radio KY-58 y el sistema de determinación de las marcaciones de las estaciones que están al aire por el enemigo. Como medio de defensa en el avión se encuentra un equipo de alerta de radiaciones de radares enemigos AN/AAR-47 con un sistema de lanzamiento de señuelos para la defensa contra cohetes que posean cabezas con sistemas de autodirección térmicos o de radiolocalización. Igualmente posee un generador de interferencias infrarrojo del tipo AN/ALQ-157. La tripulación se compone de 2 pilotos, navegante, oficial Jefe de la operación y siete especialistas (Un ingeniero, un especialista desistemas radioelectrónicos y 5 operadores).
Hay que tener en cuenta que en el Pentágono se evalúa la efectividad del “Comando Solo” considerablemente superior al empleo de los modernos bombarderos B-2. Por cierto, en las filas del ala de aviación 193, a donde pertenecen 3 “Comando Solo”, se encuentran destinados 4 aviones EC-130 (CL) “Comfi Levi” cuya tarea consiste en interceptar e interferir las transmisiones de radio del enemigo.

En el caso de Libia, la situación se simplifico por el hecho de que el espacio aéreo sobre el país, desde casi el primer momento y de forma absoluta, estaba controlado por las fuerzas de la coalición, lo que permitía el empleo seguro del “Comando Solo”. En lo que se refiere a los “mensajes” promovidos, en primer lugar iban dirigidos a las tripulaciones de los buques de la Marina de Guerra Libia (MGL) y estaban compuestos por frases cortas del tipo: “En caso de intentar salir del puerto ustedes se convertirán en objetivos de ataque y serán destruidos”, “Marinos libios, no vayan a sus buques.

Vayan a casa con su familia. Abandonen los buques. No intenten silenciar nuestras transmisiones”. Las transmisiones se desarrollaban en inglés y árabe.
Paralelamente se llevó a cabo el seguimiento informativo de las acciones militares.
Los objetivos de este componente consisten en:

• Demostrar la unidad de los países de la OTAN en la lucha contra un “Dictador sangriento”, apoyo a las operaciones a escala internacional.
• Crear la ilusión de que la OTAN realiza una selección estricta de objetivos militares de Khadafi para ser atacados y a su vez la seguridad de que estas acciones no afectarán, ni a los militares de la OTAN, ni a la población civil libia.
• Centrar la atención en el estricto cumplimiento de la resolución de la ONU, durante la realización de las acciones militares.
• Desinformar a la opinión pública y a las fuerzas pro Khadafi, con relación a los “éxitos” de la oposición libia y la OTAN.

Como es sabido, durante el desarrollo de esta etapa se empleó activamente la desinformación de la situación operativa en el país, los resultados y desarrollos de las operaciones hechas por las fuerzas del Gobierno contra los “sublevados” y las acciones de estos últimos, así como la correlación real de fuerzas y sus tácticas. Igualmente se emplearon montajes falsos de fotos y videos y montajes escenográficos para crear una imagen positiva de los “sublevados” y una negativa de las tropas de Khadafi. Así mismo los medios informativos obtuvieron informaciones “verídicas” (muy especialmente del lugar de los hechos), sin hacer referencia a las fuentes y evidentemente basadas en estados emocionales.

Sin embargo, a pesar de la relativamente larga duración de las operaciones contra Libia y gracias a las medidas de las OPI, en los países europeos no se crearon las condiciones para que la opinión pública exigiera su terminación (en primer orden, gracias a la ausencia de informaciones sobre bajas en la OTAN). Esto, a pesar del alto costo financiero de las acciones combativas.

Al mismo tiempo a escala mundial se formó una opinión positiva sobre la OTAN, lo que permitiría, en caso de no lograrse los objetivos planteados, comenzar la operación terrestre con un mínimo de críticas por parte de la comunidad internacional. El último éxito en este plano fue logrado con la aceptación por parte de Rusia del denominado Consejo de Transición Libio. Antes de esto, Moscú solo reconocía al Gobierno de Khadafi como el legítimo represante del poder en el país.

En resumen, es necesario constatar lo siguiente: En la actualidad, en manos de los países que lideran el escenario internacional se encuentra un arma potente en forma de herramientas y técnicas de Operaciones psicológico-informativas, que demuestran una alta efectividad y permiten la utilización de métodos que ejercen presión y producen cambios en los regímenes políticos de otros países, sin el empleo de la intervención militar clásica, de forma “democrática” y con gastos reducidos.

En el momento en que los costos del armamento moderno y demás gastos militares han llegado al techo, inclusive en los países más poderosos del mundo, los estados que tienen grandes ambiciones hegemónicas y limitaciones de recursos, ven estos medios y métodos de OPI como una bendición.

Por otro lado, las condiciones de empleo de las acciones con los medios de las OPI, permiten recibir apoyo de la opinión pública a la utilización de métodos militares y por ende, de recursos para su puesta en práctica. Igualmente los políticos occidentales pueden emplear las OPI como medio para lograr objetivos políticos (por ejemplo Nicolás Sarkozy). Todo esto permite afirmar la altísima efectividad de las OPI en el desarrollo de los conflictos armados contemporáneos.

Acciones de las Fuerzas de Operaciones Especiales (FOE) de EE.UU y SAS de Gran Bretaña
Los servicios especiales de Occidente se prepararon durante mucho tiempo para la intervención en Libia. Los hechos de la “Primavera Árabe” solo aceleraron el proceso que venía desarrollándose de años atrás.

Para las potencias que componen el “Eje de la Guerra”, Libia “debía” repetir el escenario que se había producido en Túnez y Egipto con un mínimo de derramamiento de sangre, lo que estaría acorde a la nueva concepción occidental para el derrocamiento de Gobiernos no afines a sus intereses, solo que, el fracaso inicial de los “sublevados” libios fue inesperado – lo que provocó la intervención aérea de la OTAN – y la posterior ofensiva de las Fuerzas Gubernamentales que hizo retroceder a los “rebeldes” hasta ponerlos al borde del colapso, condujeron a que el papel de las Fuerzas de Operaciones Especiales (FOE) de los EE.UU, Gran Bretaña, Egipto, Qatar y los Emiratos Árabes Unidos, adquirieran un papel determinante en las operaciones militares.

De hecho los MMD señalaron públicamente 3 operaciones en que participaron miembros de la Fuerzas Especiales Británicas. La primera ocasión fue en el primer mes de los acontecimientos en que participaron en la evacuación de los ciudadanos británicos de Libia, lo cual se produjo antes de los disturbios en Bengasi. La segunda ocasión fue cuando un grupo de los FOE británicas fue capturado por los “sublevados” cerca de Bengasi, a lo que la prensa occidental reacciono llamando – un error – ya que el grupo intentaba precisamente hacer contacto con los “rebeldes”. La tercera fue durante la toma de Trípoli, donde las FOE se encargaron de “limpiar” las edificaciones gubernamentales que después tomarían los “rebeldes”.

Se conoce que una parte de los miembros de las FOE británicas llegaron a Libia en vuelos civiles y recibieron posteriormente el armamento y otros medios necesarios nada más y nada menos que en la Embajada Inglesa en Trípoli !!??

Posteriormente el destructor “York” de la MG Británica, desembarco en el puerto de Bengasi otras formaciones FOE.

Una de las primeras tareas a cumplir por las FOE fue ayudar a organizar y asegurar los contactos entre los diplomáticos británicos y los representantes de la “oposición”. Según fuentes del diario inglés “The Daily Telegraph” los EE.UU solicitaron a Gran Bretaña que sus FOE trabajaran en el proceso de ubicación y control de medios químicos (cerca de 10 toneladas de gas pimienta y Sarín), que según los estadounidenses estaban en manos de los leales a Khadafi.

Aunque la prensa británica reconoció la participación de las fuerzas “SAS” en Libia, trataron por todos los medios de otorgarles un papel “modesto”, diciendo que solo servían de apuntadores para los ataques aéreos.

Lo cierto es que las formaciones “SAS” británicas y los FOE y SEALS norteamericanos participaron en la operación terrestre y aérea y su presencia fue constatada en:

• Preparación y equipamiento de los grupos “rebeldes” de la oposición,
• Combates con las principales agrupaciones militares del ejército Libio,
• Captura de personalidades e importantes Jefes de las FF.AA Libias,
• Actividades de Inteligencia para ubicar a Khadafi y sus principales seguidores,
• Organización y realización de la toma de Trípoli,• Búsqueda y recopilación de documentos y medios de las principales instalaciones gubernamentales en Trípoli.

En las operaciones de la toma de Trípoli y posterior captura de Khadafi y otros dirigentes libios, los grupos “SAS” británicos fueron avituallados con vestuarios de corte árabe y armamento idéntico al que empleaban los “opositores” libios, para evitar la publicidad.

Igualmente EE.UU envió con carácter oculto sus FOE a Libia. Según distintos especialistas norteamericanos los llamados “Boinas Verdes” se pintaban solos para una operación de este tipo, ya que se hacía necesario mantener el carácter oculto de la operación para no violar la resolución 1973 del Consejo de Seguridad de la ONU.

La mayoría de los expertos han declarado que, tanto los bombardeos a ciudades civiles, como el abastecimiento con armas a la “oposición” Libia, fueron flagrantes violaciones de dicha resolución.

El 24 de septiembre del 2011 un representante de la OTAN declaro a CNN: “…. Las FOE de Gran Bretaña, Francia, Jordania y Qatar, comenzaron en los últimos días la fase activa de las acciones contra Trípoli y otras ciudades, para interactuar con el movimiento de los “rebeldes”. Los FOE británicas interactuaron con los “rebeldes” para ayudarlos en la realización de las operaciones militares. Igualmente los instruían en el mejoramiento de sus tácticas, garantizando además el envío de los datos para que la aviación pudiera realizar sus golpes aéreos. Además ejecutaban tareas de exploración y enlace de las comunicaciones durante la toma de Trípoli.
Los Grupos de Fuerzas Especiales qataríes participaron activamente en la realización de las acciones combativas durante la toma de Trípoli. El asalto final al complejo de edificaciones del Gobierno de Khadafi fue comandado por las Fuerzas Especiales de Egipto y Qatar. Estas fuerzas fueron las que entraron primero a las edificaciones y realizaron la requisa de documentos y computadoras con información valiosa.

Según informaciones de la agencia “France-Presse”, como mínimo 2 grupos de Fuerzas Especiales francesas y otro grupo británico, trabajaron en el Estado Mayor de los “sublevados” en Bengasi, ocupándose de las comunicaciones ya que en los contenedores en que vivían se podían observar múltiples antenas de todo tipo.

De la presencia de las FOE en Libia se conoce públicamente desde Febrero del 2011 cuando participaron en la evacuación de extranjeros desde distintas ciudades libias. En esta ocasión perdieron un helicóptero.

Como un hecho pintoresco, aunque no exento de importancia, se puede señalar el asalto que un grupo de FOE búlgaras realizo, por mandato del “Consejo de Transición Libio”, a la embajada de este país en Sofía. Los diplomáticos libios, que representaban al Gobierno de Khadafi, se habían negado a abandonar la sede diplomática, a pesar de haber sido declarados personas non-gratas por el gobierno búlgaro.
Como referencia se puede recordar que a partir del año 2009 se encuentra en estado operativo el Comando de FOE en África “SOCAFRICA” subordinado al Comendo General de las FF.AA de EE.UU en dicho continente “USAFRICOM”. Este comando había llevado, entre otras, toda la planificación aseguramiento y realización de las Operaciones Especiales en Libia y otros países del continente africano (Sudan, Somalia, etc).

La primera tarea a la que se enfrentaron los norteamericanos en Libia era la de anular y destruir la aviación y los medios de Defensa Antiaérea del Ejercito Libio. Para ello contaban con un trabajo previo de inteligencia realizado por los especialistas de dicho comando y en el cual se emplearon los medios satelitales, la información recopilada de la oficialidad Libia (recuerden que estos participaron en cursos y adiestramientos en Escuelas e instalaciones occidentales donde se “trabajo” fuertemente en su colaboración), así como en trabajos de agentura. Es por ello que la primera parte de los bombardeos es dirigida y ejecutada por la Fuerza Aérea de los EE.UU.

Después de neutralizado el sistema de Defensa Antiaérea y casi destruida la aviación (no solo por las acciones de EE.UU, sino y por la falta de previsión y profesionalidad de las Fuerzas Armadas de Khadafi que no fueron capaces ni siquiera de enmascarar los aviones), quedaba en la agenda la tarea de destruir los blindados y distintos tipos de medios móviles de fuego que poseían las fuerzas gubernamentales. Es por ello que entran en acción las formaciones de las FOE de la Fuerza Aérea de los EE.UU, que tienen en su plantilla los aviones AC-130 que conjuntamente con los cazas A-10, son ideales para la detección y aniquilamiento de objetos terrestres móviles.

Por último, los MMD publicaron las fotos del submarino atómico “Florida” en el puerto de la Bahía napolitana en Italia, el cual está preparado para el desembarco de los nadadores de combate “SEAL”. Según se conoce, este submarino junto a otros 3 son parte de un programa avanzado que EE.UU está desarrollando para garantizar un sistema de Grupos FOE en la Marina norteamericana “ASDS” (Advanced SEAL Delivery System). Esta es la primera vez que un submarino atómico perfeccionado se emplea en interés de las Fuerzas de Operaciones Especiales.

Como conclusión podemos señalar lo siguiente:

1. En el caso Libio las Operaciones de las FOE comenzaron a realizarse mucho antes de comenzar las “sublevaciones” de la “oposición”,

2. De acuerdo a las nuevas concepciones occidentales del empleo de la “Fuerza blanda”, se desarrollaron distintas actividades, ante todo en el orden psicológico-informativo, que permitieron “madurar” la situación y generar la aparición del pretexto que sería la nueva “oposición” Libia y su enfrentamiento al Gobierno de Khadafi.

3. A pesar de las múltiples declaraciones de los personeros de occidente, en Libia se desarrolló una Operación de invasión terrestre cuyas características difieren de las clásicas. Esta operación no tenía los clásicos indicios de este tipo de acción, que implicaban el empleo de agrupaciones ofensivas creadas especialmente con tropas terrestres. Es por ello que se puede definir como una operación análoga realizada con FOE. Su génesis podemos encontrarla en Afganistán 10 años atrás.

4. La decisión de la operación terrestre se tomó después de que los defensores de la guerra “sin contacto” se convencieron de que con los bombardeos solamente no podrían lograr su objetivo de derrocar al Khadafi y los llamados “insurgentes” libios no estaban dispuestos a combatir contra el Ejercito, a pesar del apoyo que significa la aviación de EE.UU al principio y la OTAN después, los que en total emplearon más de 22000 vuelos de combate en el conflicto.

5. Los bombardeos de la OTAN sólo lograron destruir las ciudades y provocar innumerables bajas entre la población civil, pero no lograron en un principio paralizar al Ejército que se adaptó y logro combatir con cierto “éxito” a los “rebeldes”.

6. El Plan de la operación terrestre era complejo e incluía: el apoyo de los lideres de la “oposición”; abastecimiento material; apoyo informacional; coordinación con servicios especiales de varios países; exploración; aseguramiento diplomático. Igualmente se enfrentaba al obstáculo que significaba la resolución 1793 del Consejo de Seguridad de la ONU.

7. La agrupación de Fuerzas de Operaciones Especiales que participaron en la operación, estaba compuesta por: norteamericanos; ingleses; franceses; egipcios; qataríes y los Emiratos Árabes. Muchos de ellos eran mercenarios contratados por compañías privadas. Los libios no pasaban de 1000, en su gran mayoría combatientes de las guerras de Afganistán e Iraq que se entrenaron en estos países, según cables revelados por WikiLeaks fechados en la embajada norteamericana en Trípoli entre febrero y Junio del 2008.

8. Las FOE mercenarias fueron estructuradas, equipadas y preparadas al estilo de los “sublevados”. Al principio los FOE de EE.UU, Gran Bretaña y Francia fungían como instructores y participaban en algunos aseguramientos.

Posteriormente se involucraron en los combates y fundamentalmente en la toma de Trípoli y búsqueda de Khadafi, sus colaboradores y familiares.

Para finalizar podemos afirmar que para los especialistas norteamericanos el empleo combinado de la aviación y una “cantidad limitada” de Fuerzas de Operaciones Especiales (fundamentalmente para la preparación, equipamiento y coordinación de las accione de los “rebeldes”), será en el futuro la fórmula ideal para la realización de los conflictos militares. Claro que previamente se debe planificar, preparar y desarrollar una Guerra Psicológico-informativa que permita “madurar” las condiciones subjetivas y objetivas para lograr los objetivos trazados.
En Libia se puso en práctica una nueva concepción de Guerra de conquista que tiene su génesis en Afganistán y en la cual las FOE juegan un papel fundamental.

También es necesario señalar que en el caso Libio las FOE que se emplearon aquí cumplieron tareas que no solo son características de tiempo de guerra, sino y de tiempo de paz.

De esta forma, en la realización por las potencias occidentales de la concepción de la “Fuerza blanda” en tiempo de paz (si es que es posible hablar de paz en las condiciones actuales), así como durante los conflictos militares de nuevo tipo (el caso libio) el rol de las FOE crece considerablemente.

De tal manera, la fórmula consiste en Guerra Psicológico-Informativa que permita la maduración de las condiciones requeridas y para cerrar el ciclo, una operación quirúrgica de fuerza con el empleo de las FOE con bombardeos masivos.

En su campaña electoral y durante la primera parte de su mandato el Presidente Obama repitió innumerables veces su slogan ¡Venimos por el Cambio!
Será éste el cambio prometido.


Cuando al otoño le llaman primavera


(El blog de Nagham Salman / RT) Desde que se iniciaron las revueltas árabes y la palabra “primavera” ha ocupado ya un lugar en la historia de Oriente Próximo debemos preguntarnos;¿quién ha asignado a estas revueltas el nombre de primavera árabe? Y, ¿cuál es el objetivo de dicha denominación?

otoñoarabeDesde el origen de los tiempos, la desestabilización de los pueblos ha sido siempre la mejor estrategia para imponer el dominio de unos sobre otros. “Divide y vencerás”,es la única norma por la que se guiaron las sucesivas potencias dominantes en Oriente Próximo desde que, a principios del siglo XX, petróleo se consolidara como primera fuente de energía. Una norma que además de inmoral no debiéramos olvidar que es ilegal,puesto que viola el principio de la no injerencia consagrado en la Carta de las Naciones Unidas.
Durante la guerra del Líbano de julio del 2006, que enfrentó a las milicias de Hezbolá con Israel, la entoncessecretaria de Estado de Estados Unidos, Condolezza Rice, viajó a Israel y aprovechó la ocasión para presentar el plan secreto del nuevo mapa geopolítico para Oriente Próximo, declarando en rueda de prensa en Tel Aviv que: “debemos estar seguros de que no volveremos al viejo Oriente Próximo y que este plan debe seguir adelante”.

El nuevo mapa de Oriente Próximo al que se refería la secretaria de Estado estadounidense pretende crear nuevas fronteras y nuevos países de base étnica y confesional en toda la región (ver mapas al final del artículo). Por citar varios ejemplos, Irak se dividiría en 3 países: kurdo al norte, sunita al centro y chiita al sur. Líbano se dividiría en cinco países: sunitas, chiitas, drusos, cristianos y palestinos. Siria se dividiría en tres países: alauitas en la costa, sunitas en el norte y  centro, y drusos en el sur. Egipto sería partido en tres con la creación de un pequeño Estado copto alrededor de Alejandría y uno nubio al sur, mientras el golfo Pérsico se dividiría entre países chiitas y sunitas.

Si echamos un vistazo a la manera de dividir la zona y redibujar las fronteras de Oriente Próximo vemos que toda esta división refleja el gran interés de Occidente e Israel por conseguir sus objetivos estratégicos, políticos y económicos.

Este plan no pudo ver la  luz en el 2006 porque, contra todo pronóstico, Hezbolá derrotó a Israel en aquella guerra. Pero el plan no fue cancelado,más bien pospuesto.

Cuando empezaron las revueltas árabes con la caída de Ben Ali en Túnez y el inicio de las protestas en otros países de la zona, Occidente vio ante sí la oportunidad dorada para retomar su plan. De ahí el gran apoyo que recibieron desde el principio las “primaveras” libia y egipcia. 

Al día de hoy, ambos países se encuentran en sendas situaciones más que complicadas. En Libia, un débil gobierno islamista provisional es incapaz de desarmar a unas milicias que luchan por el poder e infiltran armas y explosivos al centro de África, situación que fomenta el odio interconfesional en la región más olvidada del planeta, como demuestra el hecho de que los islamistas de Boko Haram asesinaran recientemente en Nigeria a cientos de cristianos. Mientras en Egipto se consolida el islamismo y el salafismo, proliferan los enfrentamientos entre coptos y musulmanes, el Ejército continúa reprimiendo y los jóvenes de la Plaza Tahrir lloran y cantan a la revolución secuestrada.

Por lo que respecta a Siria, el periódico The Guardian publicó recientemente que el presupuesto destinado a derrumbar el régimen de Bashar Al Assad ha superado con creces al de los otros países y ello por la importancia geopolítica que tiene Siria en Oriente Próximo,donde es un país clave. Conscientes de ello, EE.UU., Reino Unido y Francia, con la inestimable ayuda de las monarquías del golfo, fomentan el conflicto interreligioso interno para provocar la caída de Al Assad,que sería el primer gran paso para poder llevar definitivamente a la práctica el nuevo plan para la región, con el peligro de crear un conflicto generalizado que arrastraría a toda la región y que podría llegar a involucrar a países como Irán y Turquía.

Así, y para contestar la pregunta con la que se inicia este artículo, podríamos considerar sin alejarnos mucho de la realidad que la llamada “primavera árabe” es una manera de maquillar el nuevo intervencionismo geoestratégico en la región. Una nueva versión del “divide y vencerás”. Un otoño que corre el riesgo de convertirse en un largo, frío y oscuro invierno.

En el próximo artículo analizaremos el rol de Siria como país clave de toda la región.

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